GRADUACIÓN SEXTO DE PRIMARIA
El pasado miércoles 20/06/2018 nuestros alumnos de 6º de Primaria celebraron su fiesta de graduación, la mañana estuvo llena de emociones y despedidas para nuestros niños/as.
Uno de los momentos más emotivos fue el discurso realizado por uno de los tutores de 6º de Primaria D. Francisco Peña Gómez, el cual, ha tenido el gusto de compartirlo con toda la Comunidad Educativa.
Aquí podéis leerlo:
DISCURSO CEREMONIA GRADUACIÓN DE 6º CURSO
20/06/2018
Buenos días:
Quiero dirigirme, en primer lugar, a las familias de estos alumnos que hoy se gradúan.
Queridas familias: quiero transmitiros nuestro agradecimiento y nuestra felicitación.
Os felicitamos por el estupendo trabajo que habéis realizado con vuestros hijos: habéis conseguido que esos bebés que no os dejaban dormir por las noches, o que os llenaban de preocupación en cuanto tenían una décima de fiebre, se hayan convertido en unos niños fenomenales, con un gran corazón. Habéis hecho de ellos unos grandes proyectos de personas fantásticas.
Y os agradecemos que, durante los años que vuestros hijos han pasado en nuestro colegio, hayáis estado atentos a sus necesidades y hayáis respondido a las llamadas de colaboración que os hemos realizado a lo largo de estos años.
Podéis sentiros muy orgullosos de vuestros hijos y del trabajo que habéis desarrollado para conseguir que se hayan convertido en las enormes personas que son en estos momentos.
Sólo me quedan dos ruegos que haceros.
Uno. Seguid trabajando con ellos como lo habéis hecho hasta ahora. Todavía no son autónomos, aún necesitan de vuestro apoyo y ayuda. Hacedles saber que estáis ahí, que sean conscientes de que sois quienes más y mejor podéis ayudarles.
Y dos. Aun siendo tan buenas personas, hay momento en que son capaces de ponernos de los nervios. Si llega esa ocasión, no cedáis a la tentación, aguantad, tomad aire y relajaos un poquito. Dadles un abrazo fuerte y hacedles razonar. Razonar con ellos. En el fondo, aunque folloneros, son unos buenazos encantadores. Dadles tiempo para que lo demuestren.
Quiero dedicar, también, unas palabras a los maestros de vuestros hijos, a mis compañeros. A esos maestros que, durante 9 años, han acogido a vuestros hijos, les han querido casi tanto como vosotros y han colaborado en la formación humana y educativa que va a permitir a vuestros hijos estar en condiciones de afrontar la vida y, cómo no, la nueva etapa de Secundaria que van a comenzar en breve.
Queridos compañeros: quiero transmitiros mi agradecimiento personal por las enormes cualidades humanas que me habéis demostrado a lo largo de estos años, y mi reconocimiento profesional hacia vuestra calidad docente que no os cansáis de demostrar día a día. Y todo ello, siempre con una sonrisa, bueno, mezclada con algún que otro grito de tarde en tarde, pero siempre con una mirada cariñosa, con un abrazo confortador o con una palabra de ánimo.
Muchas gracias compañeros.
Sois un orgullo y un ejemplo para esta maravillosa profesión que compartimos.
Quiero que seáis conscientes de que el trabajo diario que he realizado con nuestros alumnos, junto a vuestro apoyo profesional y humano, vuestro cariño y vuestra disposición siempre para ayudarme, han hecho que cada mañana, al sonar el despertador, abriese los ojos con alegría, por tener que acudir a un trabajo que adoro y compartir una jornada de trabajo con gente tan maravillosa como mis alumnos y mis compañeros.
Queridos compañeros: habéis conseguido que la escuela, para mí, haya sido mi casa, mi alegría, un lugar donde compartir con buenos corazones y donde disfrutar mucho. Gracias, compañeros. Os quiero.
Y no puedo terminar sin deciros algo a vosotros, nuestros alumnos.
En estos dos cursos que hemos tenido la suerte de compartir con vosotros, han sido muchas las emociones que hemos vivido. Han sido muchas las alegrías que hemos compartido y también, por qué no decirlo, las broncas y algún que otro grito que habéis aguantado.
En estos dos años, con vuestra forma de ser, con vuestra alegría, a vuestros maestros y a vuestros tutores, especialmente, nos habéis hecho mejores maestros y mejores personas.
Vosotros os lleváis unos aprendizajes en los que hemos colaborado a que dominéis; os lleváis, también, unas cuantas enseñanzas que os ayudarán a ser cada día mejores personas.
Sin embargo, vosotros también nos habéis enseñado a vuestros maestros. Nosotros nos llevamos la alegría que nos habéis transmitido, el cariño que nos habéis dado y los valores de amistad, de compañerismo y de solidaridad que nos habéis demostrado en estos dos años.
Ahora que abandonáis nuestro colegio, quiero pediros que no olvidéis las ideas básicas que nos hemos empeñado en que aprendáis.
Uno. En el mundo en el que tendréis que vivir, estaréis rodeados de un grupo de personas que os quieren y sólo desean el bien para vosotros. Cuando tengáis un problema, acudid a esas personas, acudid a vuestros padres, a vuestra familia, a vuestros amigos. A este anciano maestro y a todos sus compañeros nos encantaría que nos consideraséis como parte de este grupo. Tened la convicción de que siempre estaremos dispuestos a ayudaros a superar vuestros problemas. Contad con que siempre estaremos dispuestos para vosotros.
Dos. En ese mundo en el que tendréis que vivir, también encontraréis a mucha gente a la que no les importaréis nada, ni les importarán nuestros problemas ni vuestros sentimientos. Serán personas que sólo querrán usaros para conseguir sus fines. Y para defenderos de ellos sólo tendréis dos armas: el consejo de los vuestros y vuestro propio cerebro. Sois inteligentes, también debéis ser pillos. Ved y escuchad con atención. Y nunca, nunca, toméis decisiones sin pensar. Utilizad vuestros cerebros y veréis que seréis capaces de superar los muchos problemas que la vida os irá poniendo.
Tres. Seguid con la convicción de que todos los actos que realicéis tienen consecuencias. Y como bien sabéis, esas consecuencias pueden ser buenas y malas. Y como bien sabéis, también, tendréis que afrontar esas consecuencias. Por tanto, pensad bien antes de realizar cualquier acto. Os evitaréis algún que otro problema.
Cuatro. Estáis capacitados para afrontar vuestra etapa en el Instituto. Pero sólo seréis capaces de conseguirlo si le ponéis el trabajo y el esfuerzo diario. Sed inteligentes. Mirad en vuestra propia casa. Vuestra casa funciona porque vuestros padres cumplen con sus tareas todos los días. Haced como ellos y veréis que seréis capaces de labraros un futuro brillante.
Y cinco. Seguid siendo las maravillosas personas que sois hoy en día. Seguid demostrando que tenéis un corazón grande y generoso. Haced felices a quienes os quieren. Así, ellos se verán reforzados en hacer vuestra vida cada día más agradable.
El orgullo de vuestros maestros, mi orgullo personal, será veros crecer año a año en estatura y en grandeza humana. Aunque no se lo digamos a nadie, siempre sentiremos la satisfacción íntima y personal de que, aunque sólo un poquito, hemos colaborado en que seáis unas personas así de grandes y hermosas.
Y ya termino. Y termino en la misma medida en que habéis empezado vosotros. Con mi poesía. La hice para que cumpliese las mismas condiciones que os pedimos a vosotros. O era graciosa o era cariñosa. Vosotros decidís cómo es.
HOY NO OS RIÑO, HOY NADA DE GRITOS.
HOY ME TOCA DECIR ADIÓS
A UNOS QUERIDOS ATUNCITOS
QUE SIEMPRE ANIDARÁN EN MI CORAZÓN
JUNTOS HEMOS PASADO
TRISTEZAS, ENFADOS Y ALEGRÍAS
CON CARIÑO LAS HEMOS SUPERADO
Y HEMOS CRECIDO, HASTA ESTA DESPEDIDA
SI EN ALGO OS HE FALLADO
OS RUEGO VUESTRO PERDÓN
SIRVA EN MI DESCARGO
QUE HE PUESTO TODO MI AMOR
Y, AHORA, ¿QUÉ VAMOS A HACER?
REPETÍAIS SIN CESAR,
SABIENDO LA CONTESTACIÓN
QUE OS IBA A DAR
¡MIRARNOS FIJAMENTE A LOS OJOS
Y DECIRNOS CUÁNTO NOS AMAMOS!
VUESTRAS SONRISAS SON UN LOGRO
QUE ME LLEVO COMO REGALO.
HOY OS MIRO A LOS OJOS
PARA DECIROS ADIÓS.
TENED SEGURO QUE OS QUIERO
Y QUE TENÉIS UN HUECO EN MI CORAZÓN
Francisco Peña Gómez.